jueves, agosto 26, 2010

Vamos...

0
Esta vez el deseo es no estar allí, pero ese mensaje debe funcionar como manotazos de curiosidad para el otro y porque no alimentarlas con un tibio: “¿qué pasó?”
De regreso se pregunta: hace cuanto que ese camino no le pertenece?, cuantos días pasaron desde aquella tarde en que volvió a reencontrarse?
Vuelve escuchar: “te brillan los ojitos bobito” en boca de desconocidos y corre al baño mas cercano para encontrar un espejo y poder afirmarlo.

Ya no se sienta en un café esperando la lluvia tan solo para cumplir el capricho de ver la gente corriendo tratando de cubrirse.
Ahora corre inventándose autos que están por cruzar en medio de una lluvia fina, sus discos empezaron a sonar sin función random, volvió a pensar con corazón de chocolate y hasta tiene un jardín con ruedas que lleva un bolso lleno de predicciones.
Empieza a sonreír, aunque aun esa sonrisa tenga el tamaño de una ventana de chat.

Escucha a los demás, pero sus latidos solo activan su velocidad, y está decidido, porque quiere que todo, como el mundo empiece a girar, no quiere mas función pause en su vida, quiere tardes, noches y madrugadas como previas a esas mañanas donde los ojos no solo se oculten atrás de sus anteojos. Quiere las bebidas de su bar preferido derramadas en su cuerpo, y aunque sabe que quizá no falta millones de años luz, no se detiene porque esta seguro que hasta el universo empieza a complotar.

Empezó eso que llaman todos con diferentes nombres y quizá necesite su nuevo lugar.
Por eso va a tomar su monopatín para ir a buscarla.
Va a dejar que se vea sonrojada en sus ojos, y no más en silencio piensa responderle: a cualquier lugar.




 

lunes, agosto 09, 2010

18:07 hs

1
Despues de muchos meses, los pasos ya no le pesan, toma el ultimo suspiro y se detiene ante el asombro y sonrisa nerviosa del otro lado.
-hola.
-hey! Como estas?
Y en ese abrazo de bienvenida, se despidieron:
Los recitales que soporto con su mejor cara
Los dias de pelis que jamas quiso entender
Todos los compilados guardados sin oir
Todos los textos leidos una sola vez
Los sabores de helados repetidos
La tele encendida sin control remoto por pelear
Los bares que nunca se compartieron
Los espacios vacios.
Y tambien todas las cosas buenas por la cual uno solo quiso luchar y ya no se pudo.


Ahora la charla era amena, compartieron sonrisas, preguntas de esas que haces conociendo las respuestas, la comodidad se hacia presente, después de un tiempo en que ambos habian elegido no saber de cada uno, se extrañaban encontrar cada respuesta como si el tiempo no hubiese pasado.
Hasta que le confiesa el motivo del encuentro, el mismo que le intrigó durante todo el tiempo que habian pasado juntos, el mismo que esa tarde fria y gris se encargaba de confirmar. Todas esas peleas, discusiones, tarde (como todo lo que habia sucedido hasta ese momento) empezaban a cerrarse.
La cabeza esta vez no se dividió en dos, y después de desearse lo mejor, se fue pensando en todas sus veces que cuestionó el hecho de sentirse culpable, dejó la mochila que erróneamente supo llevar, era ironico que esta vez la ultima palabra, haya sido aquella que en su momento el deseó: luchá.!


Algunos le discuten si lo que se cierra son etapas o ciclos, si realmente hay un principio después del final.
Algunos le preguntan si tiene vigencia el dolor por callar.
El tiempo como aliado le supo enseñar a caminar nuevamente por ese mismo lugar al cual le habia costado y mucho retomar.
Algunos se quedan celebrando con su realidad.
Otros seguimos caminando.
Seguimos.


domingo, agosto 01, 2010

Lado B

2
Una obra de teatro
Un tema
O hasta escenas de una película.
Cuantas veces crees que tu sonrisa, tus momentos que capturas en esa retina (peligrosa también) al que después denigran con el titulo de: “lindos momentos”, forman parte de un video.


Imnumerables veces nos hicimos creer que solo servimos para hacer todo mal, asi cobardemente escondemos (lo que muchas veces por temor a vaya saber qué) lo que uno tambien sabe hacer.
Y es que si es o no, el final que queres, por lo menos ahora no seras la única persona en sostener lo que ya no queres ni podes ocultar:


Yo también (te) hago bien.