martes, diciembre 29, 2009

Hasta luego.

3
Han pasado ya más de 8 meses desde aquella última vez que nos vimos, desde aquel recital que funcionó como despedida para ambos. Hoy nos volvimos a ver, mejor dicho, nos cruzamos por esas caprichosas casualidades.
¿Nervios? ¡No!
¿No saber qué preguntar? ¡Tampoco!

Créanme que fue una charla amena y hasta divertida. Sin querer (o inconcientemente) caminamos mucho, hablando, contándonos cosas acerca de nuestras vidas, que nos pasó durante todo este tiempo. Recuerdo ese silencio, ese maldito y agradable silencio, ese instante incómodo que ambos supimos resolver con una sonrisa, casi cómplice.
Creía haberme preparado muy bien para este momento. Mis días de terapias, mis borracheras sentimentales, mis llantos solitarios, y mi constante búsqueda de recuerdos habían quedado atras; no fuimos a la misma heladeria ni al mismo bar, es más solo caminamos.

Hace un tiempo creé un blog con un par de amigos con el propósito de contar todo lo que el post-corte deja, esas heridas escritas. Poco a poco lo fui dejando. Mis amigos siguieron con sus Post's, cada día uno mejor que el otro, después de este pequeño, casual "gran" encuentro, prometí revisar cada uno de mis textos, para ver el descenso de ese dolor que se va esfumando junto con tus ojos vidriosos cada vez que la recordaba, o esa voz quebrantada cada vez que la nombraba.

No la acompañé más a su casa, no nos quedamos parados sin saber de que hablar en la puerta de su edificio, no nos prometimos ir a cenar o pasear algun día.
"Hasta luego".
Y aquellas sonrisas (no más) cómplices se desvanecieron.

¡Ah! Por cierto, también hace 8 meses atrás llegaba fin de año, y entre preparativos para un viaje, decidí recordar con una sonrisa el año que estaba por terminar, entre petaca de whiski barato y el juego con el tiempo, encontré mi vieja canción para dejar de lado esas penas.





Todos nos merecemos un buen final...
¡Felíz final de año!

domingo, diciembre 27, 2009

Onomástico

6
Chico: Estoy cansado de este tipo de charlas.
Chica: Si querés puedo no hablarte más.
Chico: O podemos cambiar de tema.
Chica: ¿Ves? Entonces me terminás dando la razón. Querés demostrar que no te afecta cuando en realidad así lo hace.
Chico: No se trata de quien tiene la razón, no es un kiosco de diarios esta conversación. Se trata de que no entendés cual es mi punto y considero que jamás vas a entenderlo con tu personalidad.
Chica: ¿Y como es mi personalidad?
Chico: Fría. Como el malo de Batman… el capitán Frio. Tenés el corazón helado.
Chica: Jajajaja, es que no tengo corazón.
Chico: Yo creo que sí, pero está tan frío que no lo sentís. Así como cuando tu mamá te hizo tu primer arito en la oreja. Te congeló esa zona tanto tiempo que llegaste a no sentirla en lo absoluto.
Chica: Mi mamá no me hizo mi primer arito.
Chico: Ok, pero el que te lo hizo te congeló también el tímpano porque ¡No me estás escuchando!
Chica: No puedo estar más atenta a tus palabras.
Chico: Y yo hacia donde se va moviendo tu boca. Me cuesta apuntar.
Chica: Ya te lo dije, es mejor ahorrar palabras conmigo. Se te nota en el tono de tu voz, tenés un círculo que cerrar.
Chico: Y el dueño de este bar tiene una ventana la cual abrir ¡Esto es un horno!
Chica: Estás exagerando bebe, yo estoy espléndida.
Chico: Porque tu corazón te mantiene a temperatura ambiente. Yo sufro por partida doble. Por un lado tengo un corazón cálido, quizá hasta algunos grados por encima de la media. Y por el otro, me hacés Efecto Fiebre.
Chica: ¿Qué es eso?
Chico: ¿Viste que cuando uno tiene fiebre levanta temperatura pero sin embargo experimenta chuchos de frío? Eso es porque tu cuerpo está tan caliente que hasta el simple contacto con la temperatura ambiente del exterior, mas fría, te hace notar la diferencia. Basta con que tu piel toque el mismo aire.
Chica: ¿Me estás chamullado?
Chico: No, ya te dije que lo nuestro no funcionaría nunca. Sos muy alta para mí. Aparte, según vos, “tengo un círculo el cual cerrar”, excusa que usan las mujeres cuando no se animan a ir de frente y al mismo tiempo sufren de celos e/o inferioridad. Y no me refiero a que te hayan expulsado al número 9 a los 3 minutos del segundo tiempo empatando 0 a 0. ¿Por qué esa necesidad de cerrar un círculo, olvidarnos de la otra persona, no poder nombrarla o citar sus frases como si fuese alguien despreciable que nunca debió haber formado parte de nuestras vidas? Esto no es una novela previa al giro final, cuando las parejas se separan con odio y se desean poca cosa menos que la muerte. Es simplemente un Adiós, bajo circunstancias forzadas pero realistas, mezquinas pero urgentes, hasta egoístas, pero no intencionadas. Si el círculo se cierra, aquellos sentimientos seguirán girando una y otra vez, sin escapatoria alguna, mareando a nuestro corazón y agotando nuestra cabeza. No se trata de forzar un olvido, se trata de que la vida fuerce nuestro siguiente paso.
Chica: Y yo ahora tengo que pensar que todo esto va a aparecer en tu blog mañana… y voy a sentirme una estúpida como todas las mujeres a las que nombrás.
Chico: No, porque de hecho muchas de esas historias no existen, solo busco darle una vuelta de tuerca a la manera de expresar una sensación en forma de relato basándome en alguna frase o situación que haya vivido. Lo que se ve es un tornado creado en mi cabeza, de lo que simplemente fue un pequeño soplido.
Chica: ¿Entonces se supone que esta charla y yo nunca existimos?
Chico: Aaaaalgo así. Por fin nos estamos entendiendo…


Happy Birthday To Me


jueves, diciembre 24, 2009

Silueta Naranja

3
La verdad es que sólo me acuerdo de las cosas que nunca supe de vos.
Cómo te reís o cómo lloras. Cómo es tu cara al despertar; si te levantas con el ojo derecho o izquierdo cerrado. Si te gusta el nesquik o preferís un té.
Me acuerdo de tu ingenuidad pero no de tu inseguridad, sobre todo no tengo la imagen de tus ojos mirándome mientras hablamos.
Lo que más seguro estoy de no recordar es de tu fascinación por los colores, en particular de las imagenes naranjas que asocio con tu silueta.
¿Eran verdes tus ojos marrones?



lunes, diciembre 21, 2009

2:00 A.M.

4

Otra noche con insomnio pese a mis frustrados intentos de cansar mi mente. Solo logré que mi cuerpo sufra lo que ella deseaba tras largos años de sedentarismo amoroso.
Luego de varios paseos de reconocimiento por mi cama, caí en un delgado adormecimiento que, como todas las mañanas, no lograría quitar el paño de mis ojos. Las imágenes no tardaron en aparecer. Imágenes que desde hace varias semanas dejaron el camino de la realidad para desviarse hacia el atajo de mi subconsciente.

Allí estaba yo, parado frente a su casa. Tan lejana como la posibilidad de hacer que todo vuelva a ser como antes. Primero apareció una versión avejentada en años. Rígida pero compasiva, sensible en el fondo como cualquier otra mujer a su edad. Pensé que sería el final del viaje pero, sin darme tiempo para dar la vuelta en seco, me sonrió, como si el tiempo hubiese perdonado mi descuido. Se acercó hacia el jardín de la entrada y me invitó a pasar advirtiéndome que ella se encontraba dentro. Al cruzar ansiosamente la puerta, otra versión se colocó frente a mi, la cual, no tan lejos de merecer mi respeto, obligó a esbozar en mi cara un gesto de preocupación y pedido de compasión al mismo tiempo. No logré quebrar ese portal que existe entre los sueños y la realidad, aquel donde los psicólogos aseguran que podemos re-escribir el guión que se nos ha entregado mientras dormimos. Un libro de “Elige tu propia Aventura” en un espacio-tiempo imposible de situar o cronometrar. Hubiese querido intentar escapar para volver a tomar coraje alguna tarde en la que esa figura se encuentre ausente, pero para mi sorpresa (Capacidad que se me es ajena) una vez más me invitaron a pasar. Esta vez bajo una atenta y amenazadora mirada que solo logré quitar de mi nuca cuando una frase proveniente de esta figura cortó el aire al pasar: “Cuando alguien mas entró en su hogar, es difícil volver el tiempo atrás”. Mis esperanzas se hicieron pedazos. Emprendí la retirada inmediatamente hacia la puerta de salida con pesados pasos hasta que el destino, aquel que marcó a través de los años mi recorrido hacia el desamor, la puso frente a mí. Un esperado escalofrío recorrió mi cuerpo al verla. Estaba como la dejé la última vez, aunque algo diferente había en la quietud de su parada. Más firme y segura. Sus ojos y su sonrisa, más frescos que el frío que debía generarle el apoyo de sus pies sobre el piso de loza. Sin embargo, su pensamiento era tibio, curtido… no impostado. Me sentí frustrado mientras la desesperanza hacía temblar mi discurso. No logré convencerla con argumentos que… no se si realmente quise convencerla. Creo que solo dejé caer mi armadura ante aquella perdida batalla contra mi ego. Una contienda que logró sacarme de mi cama sin aliento.

Quise buscarla para terminar con aquella frecuente pesadilla en la que solía perderla, pero solo pude despertar de este sueño donde añoraba tenerla…

7:45 AM – Lunes otra vez.





sábado, diciembre 19, 2009

Peces de Colores

1
Lo he tenido planeado, es uno de esos planes que guardás celosamente en tu rincón preferido para no olvidar.
Es viernes, el dia laboral ayuda con tu ánimo, esta vez no habrá un llamado deseando suerte; esta vez tendrá que salirme algo bien. Tendré que escabullirme entre las personas. No quiero ser visto.
Llego al lugar, me apresuro a comprar la entrada: “¡Por favor, cualquier lugar!” Salgo tan rápido como si la paranoia de estar siendo visto se apoderara de todo mis actos.
Alguien que a esta altura lo converti en mi complice me avisa que puedo ingresar ya.

Y ahí estamos en medio de tantos afectos en forma de aplausos. Uno de los rincones elegido como mi bunker me ayuda a no ser descubierto, observo todo los números ¡Me gustan! Ese cuadro... Fue genial. Lo disfruto y celebro en silencio. Persigo esa risa, esa interpretación. Hoy me he traicionado quizá, pero valió la pena.
Me tengo que ir, rápido antes que la función termine y en los alborotos de los saludos y abrazos guardados para la salida me descubran.
¿Cómo que te vas?
Y sí.. me voy. Es incomodo el titulo de no-invitado.

Aprovecho la alegría, las sonrisas, los silbidos, de toda la sala para escapar…
Pero ¿A dónde me llevan mis pasos?
¡Momento! La parada del colectivo no está de este lado de la avenida.
Entonces si no elegí ir hacia alli. ¿Que hago con un ramo de flores en mi mano?
Todo mi genial plan se fue a la mierda en pocos minutos, pensé justo después de dejar ese ramo encargado a un destinatario.

Camino, camino, camino…
Me pierdo entre las luces de algunos no tan coquetos autos, hasta decidirme tomar el colectivo de regreso.
El final de mi dia viernes fue un gran mar de recuerdos lleno de peces de colores que esta vez no tuvieron la culpa de nada.



La fille tortue.

0
Ça va sûrement te faire rire, mais à l'âge de 5 ans, quand j'ai appris à parler, je me demandais ce que j'allais faire durant toute ma vie...

Et la première nuit où j'ai rêvé de toi, j'ai decidé de vivre pour toi, toute ma vie. Tous les obstacles qui t'empêcheront d'avancer, je les surmonterai pour toi, quels qu'ils soient, sauf une chose: si c'est contre toi que je dois me battre, alors, comment vais-je faire?


domingo, diciembre 13, 2009

Punto Muerto (Single)

2

Lado A:

Las presiones ejercidas sobre la hoja estuvieron cerca de ser lo suficientemente efectivas para quebrarla. Me detuve como retomando la conciencia luego de un extraño sueño que parecía llevarme al pasado, como fantasmas navideños en aquella novela de Charles Dickens. Al ver la hoja noté que la historia estaba incompleta. Solo había un confuso diálogo entre los dos amantes a medio terminar. El viento pegaba en la ventana y producía un molesto ruido, seguro el culpable de la hipnótica marcación de tiempos que me transportó hacia algún lugar inhóspito dentro de mi cerebro, aquel que abunda en telarañas y cuadros con raspaduras en sus vidrios cubiertos por pañuelos usados.
Ella había vuelto a entrar en mi cabeza. No era otra cosa más que nuestra rutina la que golpeaba en el vidrio recordándome cuanto llegó a molestarme. Reavivé el pensamiento en el que vengo trabajando desde hace ya algunos días pero en esta oportunidad se reveló claramente ante el silencio que me rodeaba.
Lo tenía todo. Tanto que hasta olvidé las ansias por querer tener más. Aunque “Todo” lo fuese poco en esa ilusión provisoria contada en horas, días, meses; creía ser feliz, hasta que dejé de distinguir las mañanas de las noches y las mismas melodías se convirtieron en clichés de mi reproductor. Lo que antes eran mariposas en mi estómago pasaron a ser dolores de panza, los cuales traté de curar con dietas de abrazos y caricias, de sonrisas cómplices y palabras de apoyo. Todo aquello desapareció de mi régimen regular y ella no tardó en advertirlo.
Ahora, luego de haber tomado la decisión que nos separó a ambos, no podía siquiera terminar una hoja. ¿Por qué nos obligamos a terminarla? ¿Quién ha impuesto, sin lugar a discusión abierta, cuál debe ser la duración de un poema? ¿Serán los vanguardistas quienes, amén de ser tildados de destructores de las buenas costumbres en tanto a la escritura, logren con sus particulares nuevas formas de expresión, llegar a las nuevas generaciones? Un leve mareo comienza a asustarme y sin descuidar el lugar que ella ocupa ahora en mi auto-hallazgo psicológico, procuro estar más atento y ser conciso. ¿Es imperdonable para mi ser, el no seguir las reglas de los otros, no disfrutar de los ambientes populares, de las “costumbres sociales”, del sentimiento patriota o necesidad de asociarse al club de barrio? ¿Es la depresión el camino correcto frente a las constantes comparaciones que me dejan mal parado frente a la masa? ¿O es el momento de sincerarse con uno mismo y admitir de una buena vez que no me gusta caminar por la vereda mas transitada? Y entre recuerdos de tardes en su compañía y enseñanzas culinarias el reloj sigue girando frente a mis ojos. Estoy solo en mi casa pudiendo estar con otros en la calle. Pero la soledad no es lo que me rebaja sino la sensación de haber sido hipócrita con mi verdadero yo al tomar aquella decisión. ¿A quién quise engañar? Simulo ser el que quiero ser y ella lo sabía cuando se despidió de mí entre lágrimas que aún hoy están húmedas.
Extraño aquello que yo mismo me opongo a volver a tener. Lo que alejé por mis propios medios bajo mi atenta y fría mirada y tengo miedo a recuperar. Pero extrañarla a ella no es el camino que elegí. Es un peaje que debo pagar.



Lado B:

-Ella: ¿Hola?
-El: Hola ¿Cómo estás? Sos… ¿vos?
-Ella: ¡Sí! ¿Cómo estas, todo bien?
-El: Si, todo bien. ¿Vos? Que raro que…
-Ella: No, te quería decir que leí el blog y me encantó. La verdad, estaba a full y ahora pude bajar dos cambios y leerlo tranquila y nada, me pareció genial. Te quería felicitar.
-El: ¿En serio? ¿Por eso llamabas? Jajaja. ¡Me alegro que te guste, que bueno!
-Ella: Me encanta que le pongan un video a cada texto, en serio. Nada, era eso, te lo tenía que decir. La verdad me pareció excelente.
-El: Bueno, gracias, me sorprende tu llamado. Gracias.
-Ella: Si, ya lo sé.
-El: Bueno ¿Vos todo bien?
-Ella: Si, por suerte, todo bien. Bueno, te mando un beso.
-El: Y yo otro, cuidate mucho.
-Ella: Vos también. ¡Chau!
-El: ¡Chau!

miércoles, diciembre 09, 2009

(Loise Lane)

1

Hola, ¿Qué onda? Vengo del cine... Me gustó la peli: Superman. Vi como que la gente no la entendió bien, yo me acordé de la primera parte. Imaginé cosas que tal vez no las quizo dar a entender el director. Vi a un superman ante unas ganas de ayudar a lo que va mal, él tenía la fuerza de arreglar las cosas, salvar a la gente de problemas, problemas momentáneos pero sin poder ayudar al mundo a dirigirlo hacia una dirección. La gente es buena y tiene fuerza y tiene buenas intenciones pero no sabe adónde ir y ya ni les importa ir a ningún lado y todo es un caos, y Superman ve mas allá de los problemas locales, ayuda en los trenes que se descarilan y hasta gatos que se pueden caer de arboles grandes, pero se siente triste o mas bien solo por ver algo que nadie ve, por no poder compartir ese algo con alguien y por sentir la impotencia de no saber adónde ir y aunque tenga mas dirección que los demás, al final su dirección es como la de todos, simplemente sin ir adonde la media va, observando de lejos y aunque semi involucrado con las actividades sociales, alejado de toda influencia mental o espiritual, y guiado simplemente por los ojos de Loise Lane, que es lo más verdadero que encuentra en la vida, en su vida, una chica a la que amó pero al ir a buscar esa respuesta a esa ausencia mas allá de la carne, una ausencia de un pasado heredado, se va más allá del tiempo soportado por ella, pero no para él, porque para un hombre cuando está dentro de un paréntesis, no existe el tiempo, no existe nada y existe todo al mismo tiempo, cosa que es difícil comprender por alguien que se queda en la tierra enamorada y dolida por la ausencia de aquello que la había hecho llegar a las estrellas; volar y sentir y compartir algo que ningún humano la hizo sentir ni un hombre de la tierra, ni con su avioneta la hizo volar sin necesitar alas... Y este Superman se va y ella no sabe por qué y ¿Por qué no sabe ella? Porque él no supo decir adiós y no dijo nada, no dijo adiós porque no se iba, pero estaba tan confundido o cansado o aturdido que no dijo nada, dejando a la vida dar a entender lo que tendría que ser.
Pero la vida le hizo a Loise Lane entender que él se había ido para siempre y él, al volver y querer encontrarla de la misma manera en que la dejó, ya que el tiempo no paso para él, encuentra una foto de ella con otro, un hombre bueno, el mejor de los terrestres, pero no mejor que él para protegerla y llevarla a volar a las estrellas. Además hay un lazo que complica la escena, un niño, que ante la ética y el amor al bien, lo aleja de la tentación de tenerla y ¿Qué pasa con Superman? Se siente perdido en la soledad, y mas allá, en una soledad que alguna vez sintió la luz de la compañía, una luz que se fue lentamente hasta ir dandose cuenta que no era bueno querer robar a quien se dejaría robar facilmente, rompiendo una unión humana de terrícolas, de seres que comenten errores, que a diferencia del género de Superman, como extraterrestre que es y que no fallaría a su fidelidad eterna, y mas allá del pasado, el origen y el futuro de haberla conocido.
A esta Loise Lane, y que se va volando (Superman) con una sonrisa fingida de paz, que solo él sabe que le duele más que una estaca en el corazón de kriptonita, y se va a buscar el tiempo y no para regresar el tiempo atrás (ya que lo hecho hecho está). En el pasado y en el futuro, lo que se rompe en la tierra, se rompe en el cielo. 
Y no quiere volver el tiempo atrás para encontrarla a ella, libre y sin hijos, y se va volando a la nada, a su origen, donde siempre estuvo solo, con sólo el recuerdo de algo que lo mantenía vivo, una voz que ya no sabe si venía del pasado o del futuro, si de su padre o si de su hijo, o si de él mismo, dónde toda la sabiduría está dentro de él mismo, pero habría de pasar no se sabe cuánto tiempo, y si fuera necesario el tiempo para sanar ese dolor que cada kilómetro de vuelo crecía en dolor  por ese amor que ...Y así termina, un poco como es la vida...


Puntos suspensivos...


como un continuará infinito, como entrar a un círculo y no salir nunca de él, simplemente sentirse de diferente manera, dependiendo en qué punto del círculo se va. Y ahora siento que estoy en un punto del circulo donde Clark anhela a Loise y es mas grande el anhelo que la intriga de su origen o el destino de su cuerpo, pero ella está dolida por alguna cosa mal comprendida, por algun malentendido... porque al querer demostrarle su amor intenso de alguna manera que él pensaba fuincionaría, no funcionó, y ella lo tomó mal, y se alejó y parece que algo está roto, pero no se sabe si en el cielo o en la tierra y por eso la vida sigue y ya sin mostrar lágrimas, sino solamente sin mostrar felicidad o manteniendo las emociones neutrales, como un sábado en casa, solo y sin ganas de salir, ni ganas de entrar simplemente esperando a que sea domingo para esperar el lunes y el martes y miércoles, jueves y viernes y sábado, viviendo en el círculo pero esperando que algo inesperado rompa esa ruta inanimada, algo mágico, como un cuento tuyo en mi oído, como sentir tu aliento en mi cuello cuando siento tu pierna rodarme, cuando siento en la oscuridad del cuarto como te estremeces cuando mis dedos humedecidos por mi saliva giran suavemente alrededor de tu sexo, cuando tu sudor lo absorbe mi cuerpo al sentir el aire fresco que entró por la ventana después de hacerte el amor y el silencio de la noche dice todo lo que se tenía que decir en la vida, donde ya las palabras y el lenguaje no son necesarios por que tan adentro entré que no salí jamas.



martes, diciembre 08, 2009

Comida China

2
Aquel dia habíamos tenido una discusión por teléfono, fue un mediodía rarísimo de esos que a veces el cuerpo presiente y el corazón niega reconocer. Por la tarde/noche volvimos a hablar (Claro, a mi parecer) mas tranquilos, jamás pensé en prepararme para lo que se tenía que venir. Recuerdo haberla llamado estando en el local de comida china, no sabía que llevar, que gustos, no se… del otro lado una voz rara de la persona que hasta ese momento creías conocer te respondia un: “Lo que vos quieras”, tan extraño como aquel bote de basura prendiéndose fuego que encontré al salir del local, el resto de la historia a esta altura es predecible.
¡Como odié en ese momento este tipo de comida! ¡Y, claro! Uno necesita encontrar “algo” para enojarse, podría haber sido un arroz con queso, o fideos con crema ¡Pero no! Fue el peor Chaw Fan que digerí esa noche.
Asi que pasó a formar parte de esa estúpida e innecesaria lista de: “No, porque…”. (Que tan bien, nos hace cuando lo creemos necesario)
Despues de unos meses, he aquí de cómo una noche cualquiera teniendo una visita en casa, me reconcilié con esta comida:

- Pero no se cocinar.. me volvi el mejor amigo del delivery.
- Bueno, pidamos algo
- Ok, dale. ¿Qué pedimos?
- ¡Comida china!
- Ehh, odio la comida china...
- ¿Por qué? Ahh... (Después de mirar mi reacción, y cometer el estúpido error de comentar el porqué)
- Bueno pero a mí me gusta y a vos también... no sé. Dejá que esos malos momentos decidan irse…
- Dale... dale, entonces ¿Qué pedimos?
- ¡Comida china!
- Jajaja ok, pero postre también.


Bonus Track: ¿¡Cómo que conocés a Hugo Blanco!?



miércoles, diciembre 02, 2009

El límite de la lluvia.

2

Los consejos de la profesional terminan convirtiéndose en tarea para el hogar tras reiteradas recaídas. Cuando uno se separa de un ser amándolo silenciosamente, con un corazón casi sordomudo, los valores pasan a cubrir un segundo plano y la búsqueda del clavo mas grande comienza a convertirse en una casería. El problema es cuando no estás en temporada y debés recurrir así al infame directorio de recuerdos.
Abrí anciosamente el celular, con esperanza y sensación de prenda limpia, pero nunca nueva. Inicio, directorio telefónico. Enviás un mensaje. Te das cuenta que es sábado y se está haciendo tarde. Las posibilidades comienzan a parecer desfavorables en tu mente. Apagás el cigarrillo tras quemar tus dedos y decidís enviar otro mensaje a un segundo destinatario. Si ambos son contestados con vibras positivas ya tendrás tiempo para pensar en una forma de quedar bien parado. Después de todo, solo hay un primer puesto en el podio pero no hay un ganador sin un perdedor (El cual tendrá su revancha a su debido tiempo). Media hora transcurre según marca la pantalla de la PC mientras el chat se torna fiel candidato a ser representado por la banda sonora de The Pianist. Uno a uno los contactos desaparecen. No dan aviso, no se desvanecen en mi austeridad, no dejan pistas que puedan ayudarte a no flaquear de la misma manera durante la conversación de la próxima solitaria noche. Solo desaparecen en un parpadeo. Volvés a tomar el celular, el cual siempre se mantuvo a una distancia menor de 50 cms de nuestro campo visual y fue revisado y testeado en su funcionamiento 7 veces en aproximadamente 35 minutos, lo que te da un promedio de 5 minutos entre cada revisión. 5 minutos agotadores, capaces de generar onomatopeyas listas para ser erradicadas a una tira de Mafalda. Nada. El fondo de pantalla sigue en primer plano y no tiene pensado esconderse detrás de un aviso. Caés en la cuenta de que el sueño se apoderó de vos, producto de una irresponsable apreciación de las dimensiones, y ya no sería tan frustrante perder una batalla con la noche. Sabes que al día siguiente te darás cuenta que fue una pésima idea tomar ese celular y marcar los números equivocados.
La luz te despierta. Tomás las llaves de tu casa y aún dormido salís a caminar con la esperanza de cambiar el aire que aún recorre y se fagocita en tus pulmones. Dicen que el sol cura si pasás algunas horas frente a el. Dicen que dicen…