lunes, julio 26, 2010

Parque (Yo Tampoco)

1

'La próxima semana será la mas fría del año' te comentan mientras tu cabeza sigue sin querer encontrarle la salida a tu ofuscamiento, capricho similar a la imagen de un perro persiguiendo su cola. Momentos atrás tenías la sensación de que los empleados que abrían las persianas de sus locales te sonreían al pasar como simulando un deseo de augurio, comenzando una rutina con promesa de cambio aspirando a convertirse en novedosa anécdota para la hora del mate. Pausando y rebobinando el tema 6 en mi reproductor una y otra vez mientras pensabas en lo sobre abrigadas que las personas caminan en invierno, todo iba bien hasta el comienzo de esta mañana de Lunes. Todo iba bien hasta hace 10 meses…

Comenzó con una tímida propuesta de su parte a la cual no prestaste atención por orgullo o por miedo, sentimientos casi antagónicos, destinados a pertenecer cada uno a la contrahoja en un diccionario y a no cruzarse sin que alguna lágrima sea derramada y humedezca la sabana bajo la cual las excusas jugaban a esconderse de niñas. Unas palabras a su oído casi susurradas para no despertarla, parte de un plan con el fin de no crearle expectativas falsas y en caso de un mal resultado, de que sea menos dolorosa la caída. Los versos fueron tomando forma hasta erguir con oraciones las columnas de lo que más tarde sería el sustento de nuestros secretos más profundos, piedra angular tallada en consonantes, centro del fruto de nuestro amor y odio. Pasamos de un simple boceto de lo que significaría explotar frente a miles de ojos nuestras miserias mas profundas a un estado de casi completo silencio, que lejos de ser angustiante hacía que la percepción de nuestro alrededor se pareciera mas al interior de una bola de nieve de cristal que a la lúgubre ironía sonora de una costa sin mar. Pronto nuestro corazón de niños lo convirtió en un juego y como todo juego necesitó implementar ciertas reglas. Algunas tácitas, otras impuestas. Nada que nos hiciera perder la paciencia. Amenos no por mucho tiempo. Cualquier diferencia se resolvía con un encuentro en este mismo parque, sentados cada uno en sus respectivas hamacas, bautizadas con nuestros segundos nombres luego de una discusión que tuvo como mediador a un torneo de Piedra, Papel o Tijera al mejor de tres (nunca debí confesarle que prefería Piedra toda la vida). Quizá de nada sirva arrastrar ahora esta idea por un camino lleno de especulaciones que abran lentamente heridas aún por cicatrizar pero creo que a veces es mejor no competir. Dejarle el juego a los que creen que deben de ganar algo para alcanzar su meta. Contentarse con ver a los corredores pasar una y otra vez por la misma curva frente a nuestros ojos… abrazar tiernamente a quien amas luego de mil derrotas asfixia menos que hacerlo fervientemente tras una victoria.

Todo iba bien hasta el comienzo de esta mañana de Lunes. Todo iba bien hasta hace 10 meses…

…Pero prefiero que el invierno se quede. El viento pareciera querer darle vida a las hamacas como preludio al verano.




martes, julio 13, 2010

Número Equivocado

1
Pedro y Sofia se despidieron hablando de películas que creían parecidas a su situación. No dejaron pasar ningun tren, y los antes hermosos silencios incómodos que solían tener, esta vez tenían la dosis que ambos le habían puesto, eran mas frios y grises como esa tarde/noche. Ya no eran necesarias esas frases que jamás se cansaban de escucharlas, solo los abrazos, besos, y hasta los disimulados ojos vidriosos. Luego él se iría maldiciendo a su reloj por las veces que no pudo llegar temprano, ella iría a confirmar su felicidad elegida.

Pedro nunca había odiado tanto su cuaderno de escritos, encontraba cada borrador…

”Me pregunto si aún peleas con esos apuntes de tu materia que te queda por rendir, si tu cartera guarda traviesos picos dulces ¿Bajaste algún otro disco que descubriste por algún hit?
¿Seguís trasnochando? ¿El tren y sus demoras todavian son protagonistas de tus llegadas tardes?
El Sr. Monkey sigue ocupando el mismo lugar junto con las almohadas ¿Verdad?
Imagino que ya empezaste con la lectura del libro q compraste emocionada.
Pensaba ir al zoo, directamente a las suricatas, aunque no se si la comida que compré va a servir para ellos también…”

Allí quedaron esos escritos guardados. Sofía jamás vería esa carpeta en su computadora un domingo a la tarde haciendo fiaca, mientras el sonido ambiente se hubiese entre mezclado con aquel disco elegido para escuchar.
Pedro y Sofia eliminaron el futuro recuerdo de una guerra de almohadas mientras discutían por los sabores del helado. Ella ya le dijo adiós a todos los celos que la cara de él jamás supo disimular. Él se quedó con las ganas de aburrirla con sus salidas, de mirarla a esos ojos negros y tratar de sorprenderla con cada ocurrencia en forma de frases. Se fue también esa complicidad mutua para provocar cada deseo ya no oculto. Pedro guardó esos cd’s y volvió a su viejo lugar. Sofia hizo lo mismo con todas esas notas dedicadas, suspiró o sonrió y siguió haciendo la vida que no dejaría de elegir ni de sentir.

A veces . . .
¿Se puede soportar el cómo pasas de un día para el otro a ser sólo una charla de medianoche?
¿Se puede bancar que empiecen a hablarte como si nunca pasó nada?
Y es que acaso cuando creiste armar algo ¿siempre miraste a dos?
¡No!
Los planes que tu confianza te dejaron hacer, no son los temores que el otro pudo tener. ¿A cuantas personas conocemos seguras de sus propias inseguridades? ¿Cuántas de ellas, se quedaron esperando la noche para preguntarse 'por qué' y luego dejar alguna lagrima en la almohada como punto final?
Algunos te dirán: “lucha hasta el final” pero vos que ya conocés el desenlace, peleas por el principio, que nadie sabe si lo mereces, pero que te pertenece. ¡Seguro!

Muchas veces lo que sería una simple pregunta para el otro, para uno significa tantas cosas.
¿Se puede mirar a los ojos sin antes habérselo preguntado?


lunes, julio 05, 2010

Whisky con Jugo de Manzana

1
Habían pasado 10 minutos, él creía que no iba a venir. Me llamó:
-Me parece que no viene ¡Ufa!
-Tranquilo no creo que haga eso, por ahí el tren se retrasó.
-¿Sino? Bueno la espero y vamos.
-Ok, ¡Tranquilo eh! Disfrutá cada detalle. Abrazo amigo.

Después de cinco minutos ella llegó y a él solo le importó ir a cualquier lugar porque no necesitó de castillos ni carruajes especiales para confirmar a la reina de su momento.

La noche empezaba. No hubo incomodidad para conocer a gente nueva. Charlas de música, de un mundial perdido, apuesta por los equipos finalistas, ellos sonriendo y sonriéndose, hasta tuvieron un balcón como escenario pero aún no era el momento para ser protagonistas y sin guiones los diálogos finalizaban siempre con esas miradas cómplices entre ambos. Porque cuando sabés que algo va a pasar no se puede evitar.
Ella es inteligente, desenvuelta, buena onda. Le gusta los Smashing y tiene chocolates para su semana. Él es un tontito que cuando realmente quiere habla con la mirada.

A mí me gusta ver a las personas y crearles sus historias, pero ésta era al revés. Sentía que estaba mirando una y no quería perderme el momento cumbre.
Había otro escenario ahora. Mas gente, música, luces, una petaca escondida en una cartera. Bailamos con The Smiths, nos encontramos con conocidos perdidos. Y hubo por fin ese deseado desenlace ¡Quería saber todo!
¿Cuanto duró? ¿Cómo fue?
¿Qué se dijeron antes? ¿Y después?
¿Cuáles fueron sus pensamientos? ¿Sonrieron?
Comprendí, que era el momento de dejarlos. Era mejor inventarse un cansancio y dejar que sigan escribiendo el motivo de este post, me fui felíz por él y también por ella. Es que me había caído bien, es divertida.

-Chau amigo, estoy cansada mañana hablamos. Todo bien ¿no?
... solo sonrió.

Viajaba de regreso a casa y en la ventanilla del colectivo se reflejaba mi alegría. Hace mucho que no me había dado esa sonrisa como respuesta.

El día después sirve para creer fingir todo, aprovechar el sol de invierno, y pensar q nunca pasó nada, mentirse, creerse el rockstar winner para que luego termine en su baño lavándose la cara para q nadie vea sus lagrimas.
Hoy quería compartir lo que para mi fue una linda noche con una linda historia. No se que pasará. Solo espero que haya felicidad y tranquilidad en ambas partes.


jueves, julio 01, 2010

_ ahoy!

4
Podrías contar los pasos para recordar mas detalles de esa situación, contar las calles, escalones, y hasta si hacía frío o no; jugarías a detener el tiempo sin que la otra persona se entere, solo para retenerla y poder seguir mirándola, aun cuando crea que miras hacia otro lado.
Imposible escaparle a la ultima parte de cada salida.
Posible hacer de ese momento el mejor lugar para dejar a tus sensaciones descansando en paz, con su sonrisa y su melancolía no triste.

Podrías lograrlo, con algunas instrucciones de esas que aun no encontraste en tu librería amiga:
  • 1. Mirala siempre a los ojos, ponete del lado contrario de donde tiene que venir el colectivo o el tren asi no se te ocurre darte vuelta, y agudiza tus oídos.
  • 2. Antes que el medio de transporte esté cerca, ¡ni lo dudes! ¡Abrazala! Eliminá todo ruido externo y concentrate en su respiración (por ahí si tenes suerte y tus oídos están preparados hasta podes escuchar sus latidos)
  • 3. Dale lugar a tu olfato, su olor puede durar tu viaje de regreso y más si lo queres. (Es tu abrazo y su respuesta a ello, asi que sacale provecho)
  • 4. Después de ese abrazo ni siquiera medio metro te separa de ella, que no se te ocurra dejar de mirarla a los ojos.
  • 5. Este es el ultimo paso que te pertenece, terminalo… haciendo lo que te nace.
¿Cuánto puede durar una despedida?
¿Cuándo solo es un “hasta luego”?
¿Qué despedida te hace bien?
Sentir que ese abrazo no tiene respuesta, que tu mirada incomoda, que cada paso que das hacia al frente solo significa retroceder para la otra persona, aun sin que sepa ella misma si hay un abismo que la espera; y si llega hasta la cornisa ¿se dejará caer o tomará  tu mano solo para salvarse más no para mantenerse de pie?
Caminas descontando los pasos, olvidando las calles, poniendo en tus oídos la radio menos pensada necesitas escuchar cualquier cosa, no queres escucharte, tu cuerpo se hizo inmune al frío, puteás al semáforo y no pensas correr por el tren que te llevará de regreso. Pero tu elección fue otra… y contaste los pasos, escalones, tu obsesiva manía retuvo imágenes, grabo calles y tus oídos si quieren escucharte y vos también. El no usar bufanda hizo darte cuenta del frio de la ciudad, te detuviste antes de que cambie el semáforo y esperaste tu tren de regreso junto a tus ruidos.

¿Podemos estar mal si no se cumplió ninguno de los pasos antes mencionado?
¡Calma muñeco! Ningún libro de autoayuda o post con instrucciones sirve para darnos cuenta que a veces creer saber decir chau, nos garantiza para mañana un mejor ¡Hola!.