jueves, enero 28, 2010

Cuando el misterio se acaba.

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Cuando lo cuentas, tu mejor amigo te mira a los ojos y levanta su ceja izquierda (solo la izquierda) con esa mirada de “Aquella esquina es dudosa para dejar el auto”. Tu jefa te pide que vayas a preparar el mate para hacer el recreo mas ameno mientras te incomoda con un “Y si vos no querés estar de novio ¿Por qué estás mal?”. Tu hermana te ayuda a colocar la mochila dentro del baúl, dando inicio así al pacto de paz que enmarcará las vacaciones mientras te dice:
Hna: ¿Ella te pidió no verte mas?
Tu: Digamos que sí pero, en realidad, es un poco más complejo.
Tu mejor amiga simplemente te envía mensajes haciendo referencia a algún chiste que hayan hecho en la radio y eso es más que suficiente para generar una sonrisa complice en tu boca y recordar que ya es tiempo de abrocharse el cinturón.
Está oscuro afuera y los gritos de ansiedad comienzan a enmudecerse frente a los límites que se van rompiendo. Las distancias comienzan a llamarte la atención cuando caes en la cuenta de que nunca has estado tan lejos de casa. Y así como los kilómetros comienzan a sumarse uno tras otro hasta perder la cuenta en el cuaderno del acompañante tu también comienzas a perder el miedo a recordar lo sucedido la noche anterior. Esas palabras que tanto practicaste escuchar pero se hicieron esperar pese al desgaste de su bondadoso corazón. Fuiste, una vez más, a decirle que la querías. Sabías que no alcanzaría, que no bastaría tan poco río para llenar su turbulento mar. Pero aún así, sin demasiadas intenciones de desmenuzar los porqués, tenías esperanzas de que fuese suficiente. Y en tu mundo lo era. Esa tierra donde el silencio es vencedor, por sobre las multitudes, en batallas antiguas al borde de las montañas, donde los colores no se cuentan con los dedos de las manos, donde el futuro no se vive sino que se construye como producto del presente. Pero en el suyo no. En el suyo tú simplemente habías perdido toda chance de dejarte caer y confiar en no golpearte. Y como precavido que siempre has sido y un poco ansioso tal vez también, habías leído las últimas paginas del libro sin conocer siquiera el rollo de esta historia. Asíque lo aceptaste. Bajaste la cabeza y descendiste por una calle curiosamente vacía. Trataste de elaborar con los músculos faciales tu mejor cara de cine pero tus articulaciones estaban ásperas. Las piernas te pasaban y el camino de regreso a casa parecía ser más largo que el de partida ¿Qué era esa sensación? ¿Acaso estabas… triste? E irguiendo tu postura para contestarle a cada uno de los interlocutores mencionados, preguntas ¿Acaso es pecado que lo esté?
No es la persona adecuada ni tú lo eres para ella. Las diferencias entre ambos son más grandes que las coincidencias. No eres lo suficientemente fuerte hoy para formar la base de los cimientos de una relación mañana. Las caricias no fluyen por encima de los pretextos, simplemente no se sienten cómodos juntos ¡O lo que diablos fuese! No tienes razones para estar triste. Eso dicen.
Ojala fuese cierto pero la realidad es que no necesitas razones para estarlo, basándote en la teoría de que el corazón y la razón son viejos enemigos que se han respetado mutuamente a lo largo de la historia. Así como la gravedad de un hecho narrado en un diario no varía ante la falta de un título que lo resalte o el nombre de la sección que lo encasille, el sentimiento que produce un desencuentro sentimental puede ser más doloroso de lo que el título conlleva. Lo bueno si es breve, dos veces bueno y si lo bueno implica también un desafío, podría convertirse en el torneo ganado con el cual retirarse de los campos de juego. Los nombres, las diferencias, los sentimientos desencontrados, los remises y la primera cena que tuvo el paradójico condimento de ser la última, no pudieron doblegar tu ambición.
Hoy desabrochas tu cinturón y no sabes si esperar un llamado o simplemente resignarte al adiós definitivo. Pero que no cuestionen el porqué de tu tristeza. Es como cuestionar el anochecer, tras las vivencias de otro día.

 

2 Response to Cuando el misterio se acaba.

Anónimo
29/1/10 01:34

cada vez que leo algo me gustas mas luchito, segui escribiendo qu elo haces mas que bien

Lu

ZeZ
29/1/10 07:57

My tears are falling like rain from the sky,
is it for her or myselfthat i cry?
T.B.

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