Lo he tenido planeado, es uno de esos planes que guardás celosamente en tu rincón preferido para no olvidar.
Es viernes, el dia laboral ayuda con tu ánimo, esta vez no habrá un llamado deseando suerte; esta vez tendrá que salirme algo bien. Tendré que escabullirme entre las personas. No quiero ser visto.
Llego al lugar, me apresuro a comprar la entrada: “¡Por favor, cualquier lugar!” Salgo tan rápido como si la paranoia de estar siendo visto se apoderara de todo mis actos.
Alguien que a esta altura lo converti en mi complice me avisa que puedo ingresar ya.
Alguien que a esta altura lo converti en mi complice me avisa que puedo ingresar ya.
Y ahí estamos en medio de tantos afectos en forma de aplausos. Uno de los rincones elegido como mi bunker me ayuda a no ser descubierto, observo todo los números ¡Me gustan! Ese cuadro... Fue genial. Lo disfruto y celebro en silencio. Persigo esa risa, esa interpretación. Hoy me he traicionado quizá, pero valió la pena.
Me tengo que ir, rápido antes que la función termine y en los alborotos de los saludos y abrazos guardados para la salida me descubran.
¿Cómo que te vas?
Y sí.. me voy. Es incomodo el titulo de no-invitado.
Aprovecho la alegría, las sonrisas, los silbidos, de toda la sala para escapar…
Pero ¿A dónde me llevan mis pasos?
¡Momento! La parada del colectivo no está de este lado de la avenida.
Entonces si no elegí ir hacia alli. ¿Que hago con un ramo de flores en mi mano?
Todo mi genial plan se fue a la mierda en pocos minutos, pensé justo después de dejar ese ramo encargado a un destinatario.
Camino, camino, camino…
Me pierdo entre las luces de algunos no tan coquetos autos, hasta decidirme tomar el colectivo de regreso.
El final de mi dia viernes fue un gran mar de recuerdos lleno de peces de colores que esta vez no tuvieron la culpa de nada.
1 Response to Peces de Colores
Siempre la culpa es nuestra. Los peces solo nos sirven de excusa... estuviste mal y lo peor es que lo sabés.
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